miércoles, 25 de mayo de 2016

Seven Minutes in Heaven - Capítulo 26 - Muéstranos tus mensajes



            Emma entró corriendo al cuarto de Ethan treinta minutos más tarde, el con el teléfono fuertemente apretado en su mano. Él se levantó de un salto de donde estaba sentado en su escritorio, con la boca abierta en forma de círculo por la sorpresa. Emma se sacó de un tirón la peluca de la cabeza y la arrojó al suelo en victoria, sin poder quitarse la sonrisa de la cara.
            Ethan miró el BlackBerry en su mano, y luego la miró con curiosidad. - ¿Qué… -
            - ¡Es el teléfono de Travis! – explicó rápidamente lo que había ocurrido, dejando fuera el hecho de que había tenido que seducirlo de mentira.
            - ¡Emma, eres increíble! – Ethan tomó el teléfono, con una sonrisa en la cara. Ella se dejó caer al borde de la cama, pasándose los dedos por su cabello desordenado. No había suficiente jabón en el mundo para quitarse el recuerdo de Travis en su piel—pero había valido la pena. Había conseguido el teléfono.
            Los dedos de Ethan bailaban sobre las teclas del BlackBerry, y ella estaba conteniéndose la respiración, observándola cuidadosamente. Luego de un minuto, sacudió su cabeza. – Parece que su historial de e-mails y mensajes fue eliminado hace poco.
            El corazón de Emma se hundió. - ¿Entonces todo fue por nada?
            - No necesariamente. – Ethan sacó la tarjeta SD de su ranura y la sostuvo entre sus dedos pulgar e índice. – Esas cosas se quedan guardadas para siempre, si es que sabes cómo buscarlas. Y ocurre la casualidad de que tu novio es algo así como un tecno-geek. – Le sonrió al caminar hacia su computador.
            - ¿Qué estás haciendo? – Emma dijo.
            Ethan se detuvo. – Conectándola. ¿No quieres ver lo que hay en ella?
            - Pero… ¿No deberíamos llevarlo a la biblioteca o algo así? – La ansiedad empezó a recorrer su cuerpo. - ¿Qué pasa si alguien puede rastrearlo hasta tu computador? No quiero que parezca que tú tuviste algo que ver con robarlo.
            Ethan sacudió su cabeza impacientemente. – La sucursal más cercana está cerrada hasta mañana. No podemos esperar hasta mañana. Emma, esto podría responder todas nuestras preguntas. ¡Esta podría ser la solución que hemos estado buscando!
            Emma se rascó los ojos con las manos. Luego asintió. – Bueno. Tienes razón. Conéctalo.
            Ethan se volteó a su computador de nuevo, insertó la tarjeta en un aparato pequeño, y lo enchufó al puerto USB. Instantáneamente apareció una ventana en la pantalla, mostrando los contenidos del teléfono. Ethan hizo click para ver todos los archivos a la vez—y se sonrojó de un rojo bien fuerte al ver en su computador toda la colección de pornografía que tenía Travis.
            Se inclinó hacia adelante, cubriendo el monitor con su torso para ocultarlo de Emma. – Lo siento mucho, - murmuró, cerrando todas las imágenes. La misma cara de Emma ardía también, pero no pudo evitar que se le escape una risa nerviosa.
            - ¿Todo eso estaba en su teléfono? – exclamó. – Como, ¿Eso es lo que anda trayendo a todos lados a dónde va?
            - Sólo permíteme… - Ethan seguía ocultándole el monitor con su cuerpo, escribiendo furiosamente. La parte de atrás de su cuello era escarlata. Y de repente, Emma no pudo controlarse—se puso a reír. Después de todo lo que había enfrentado, después de todo lo que había ocurrido, estaban muy cerca de averiguar la verdad. Lo único que los detenía era unos cientos de fotos de pechos.
            Para cuando Ethan se las arregló para cerrar todas las fotos, Emma había controlado su risa. Se acercó al escritorio y le puso una mano en el hombro. Él seguía de color rojo brillante, incómodo, y estaba mirando cuidadosamente lejos de ella. – Esa fue como mi peor pesadilla volviéndose realidad, - murmuró.
            Ella miro el monitor por sobre su hombro. - ¿Había espacio para más cosas en su teléfono?
            - Vamos a averiguarlo. – Los dedos de Ethan volaban con destreza sobre el teclado. Escribió varios comandos que ella no entendía, y luego se detuvo por un momento antes de presionar con fuerza el botón “enter” con su dedo índice. Inmediatamente se abrieron páginas con emails y mensajes. Ethan estaba boquiabierto.
            - ¿Ahora quién es el increíble? – ella suspiró, agachándose para besarle la mejilla. Su rubor, que había empezado a desaparecer, se reavivó.
            Los mensajes más recientes incluían una conversación entre Travis y una chica llamada “Zafiro” que comenzaba con la línea OYE CHICA ¿Q TIENES PUESTO? Ethan puso cara de disgusto. - ¿Vivías con este tipo?
            - Los Servicios de Protección Infantil no me dieron muchas opciones que digamos, - dijo Emma, inclinándose. - ¿Qué hay en su email en agosto?
            Ethan vaciló. - No vamos a encontrar accidentalmente fotos desnudas de él aquí, ¿o sí?
            Ella hizo un gesto. – Nunca dije que esto sería fácil.
            Emma vio como Ethan bajaba por los emails de agosto. Todos los amigos de Travis tenían direcciones de correo como perromark69 o pitomaster. Emma rodó sus ojos. Luego lo vio. El veintinueve de agosto, alguien llamado infierno_hollier le había mandado un mensaje con la línea de asunto Mira esto.
            Levantó un dedo temblando para señalarlo. Los ojos de Ethan se abrieron como plato. - ¿“Infierno_hollier”?
            Emma se puso el cabello tras las orejas, tomando un mechón con sus manos y dándole vueltas alrededor de su dedo. – Ábrelo
            Ethan hizo doble click en el mensaje.
            Hey hombre, pensé que te gustaría ver este video de tu dulce hermanita adoptiva. Hazme un favor y muéstraselo a ella también.
            Bajo eso había un link. Emma apostaría a que ahora estaba caído, pero estaba segura de que en agosto, llevaba directo al video Sutton en AZ que lo había comenzado todo.
            - Eso fue dos días antes del asesinato, - dijo, una sensación de bochorno empezó a bajar por su cuerpo. Eso significaba que el asesinato de Sutton había sido premeditado— no un crimen pasional o un accidente. Y eso significaba que Garrett había estado observando a Emma también; sabía dónde vivía y con quién. Significaba que ella había sido parte de su plan todo este tiempo.
            Travis había respondido: Eso fue algo muy raro, hermano. Gracias por el link. ¿Pero qué gano si se lo muestro?
            Infierno_hollier respondió: $5 mil suenan bien? Pero no le digas esto a nadie. Borra estos mensajes. Si Emma se va de la ciudad, has hecho tu trabajo. Entonces nos encontramos en la autopista de Tucson a la altura de 5784 O. el 15 de septiembre. Estaré allí con el dinero.
            El último email de la conversación era de Travis: Le entro. 15 de septiembre. No faltes.
            Emma apretó sus manos, sus uñas se enterraban en su palma. Travis la había vendido al asesino de su hermana por $5000 dólares. – Ethan. ¿Conoces esa dirección?
            - Estoy en eso. – Un mapa apareció en el buscador cuando puso la dirección. Era a las afueras de Tucson, al lado oeste de la ciudad. Cuando Ethan seleccionó el pin en el mapa, el nombre de un negocio apareció
            - Santo cielo, - Ethan murmuró.
            La dirección que el asesino le había dado a Travis era para el Depósito Rosa Linda
            Lentamente, Emma se inclinó sobre él. Abrió el cajón de su escritorio y sacó la pequeña llave plateada que habían encontrado en el casillero de Garrett, levantándola junto al monitor de Ethan. Miró la segunda palabra borrada otra vez.
            La sangre de Emma se quedó quieta en sus venas. La brillante llave estaba inmóvil entre ella e Ethan, recibiendo la brillante luz del techo. Allí estaba: Bajo los rayones y las marcas en el metal, la segunda palabra repentinamente estaba clara. No podía ser otra cosa que LINDA.
            Emma sacó el celular prepago de su bolso. Sin decir nada, marcó el número del sitio web. Ethan abrió su boca para preguntar qué estaba haciendo, pero ella levantó su dedo y lo puso frente a sus labios. La línea sonó cinco veces antes de que alguien finalmente contestó.
            - Depósito Rosa Linda, - dijo una voz ronca de hombre. Emma inspiró profundamente.
            - Hola, habla la arrendataria de la unidad tres-cincuenta-y-seis, - dijo, usando una voz energética e importante. – Llamo para averiguar para cuándo es mi próximo pago.
            Hubo un silencio con interferencias desde el otro lado de la línea. Luego de un momento, la voz ronca respondió, llena de escepticismo. - ¿Usted es Arthur Smith?
            Se le calló el alma a los pies. Había esperado que esté a nombre de Garrett—si fuera así, todo lo que habría tenido que hacer era entregar la llave y el teléfono de Travis a la policía. Pero por supuesto que Garrett había cubierto sus huellas.
            Se aclaró la garganta. – Es la Srta. Arthur Smith, sí.
            - Oh, lo siento, Srta. Smith. – Hubo un sonido de papeleo. – Parece que su cuenta está al día hasta fin de mes ¿Va a pagar en efectivo de nuevo?
            Emma terminó la llamada, devolviendo el teléfono a su bolso. Luego miró a Ethan, sus ojos estaban redondos y curiosos.
            - Busca tu abrigo, - dijo. – Vamos a ir a Rosa Linda.
            Si yo aún tuviera puños, los habría lanzado al cielo por la emoción.
            Finalmente, íbamos a averiguar qué había detrás de la puerta número dos.

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